Una primera advertencia a todos aquellos que se sientan motivados a escuchar estos cuatro estudios en la llamada carta a los EFESIOS y en su capítulo cuatro. Dentro de los Estudios y Conferencias que figuran en mi página Web en el apartado “Estudios bíblicos del N. T. hay un estudio completo de Efesios, desde el punto de vista exegético y hermenéutico; por consiguiente les remito a la reseña que en su día elaboramos al respecto. En esta ocasión, respetando la exégesis que allí realizamos y la interpretación que se derivaba de la misma, hoy en día, me temo que la edificación de la Iglesia no se atiene a las enseñanzas novotestamentarias. La concepción de la Iglesia como cuerpo de Cristo, como Un Organismo Vivo y Dinámico ha sido conculcada para pasar a ser considerada como UNA ENTIDAD RELIGIOSA; entidad que sirve más a los intereses de los poderosos que a las necesidades de los pobres. No hemos olvidado de aquella recomendación, del llamado primer Concilio de Jerusalén: “No olvidéis de los pobres”. Pero las superestructuras de poder de las Iglesias han establecido alianzas alienantes con los depredadores del poder, que son los responsables de la pobreza, la miseria, el escarnio y la explotación de todos los parias y desposeídos de esta Tierra. En las Iglesias se hacen acepción de personas y de grupos y se desprecia a los humildes. A los que tienen hambre se les da un tratado demagógico y se les asegura que Dios satisfará todas sus necesidades. Es frecuente la frase “qué el Señor le bendiga”. Se va pidiendo ¡dinero!, por supuesto para todos aquellos que no encontrando un “modus vivendi” en el Sistema, piden en nombre de los pobres, para satisfacer las necesidades de los mismos; pero en realidad están vendiéndose al poder para asegurarse una vida burguesa lo más llena de privilegios posible. Hay una gran ceguera al predicar, supuestamente el Evangelio, para hacer énfasis en el pecado individual, sin tomar en seria y profunda consideración, el pecado de los homicidas, de los capitalistas que explotan sin piedad a toda una humanidad doliente, el pecado de los políticos sin conciencia, el pecado del tráfico de seres humanos, de tráficos de drogas y de armas. ¿Qué pasa con el pecado de las 200 familias más poderosas que manipulan este mundo?

En estos cuatro estudios analizamos que significa “andar como cristianos”, vivir en una Iglesia donde cada creyente varón u mujer sea tenido en cuenta, donde la Iglesia funcione por dones; es decir funcione de una manera carismática. En la iglesia ha desaparecido la denuncia profética y esto ha traído como consecuencia una alienación de los miembros que la componen.

Se sigue predicando para las almas y no para las personas. No se admite que la Iglesia no solo es una entidad colectiva, sino algo mucho más vinculante y comprometedor: la Iglesia es una Persona Colectiva, es el cuerpo, cuya cabeza es Cristo.