Esta serie de Estudios y Conferencias que presentamos en este apartado de SOCIOLOGÍA, tiene como finalidad incitarnos a reflexionar, sobre los mismos, con honestidad y transparencia; libre de los prejuicios y tradiciones con que la perístasis, o medio psico-social en que vivimos inmersos, nos influya inyectándonos una conciencia que en múltiples ocasiones, más que liberarnos, nos aliena. La conciencia humana se forma por la influencia de contenidos intrapsíquicos y peristáticos.

Creo que en el campo de la socio-psicología bíblica están muy claros los conceptos de matrimonio, familia y rebelión contra el padre.

La primera revelación antropológica, que tenemos de Dios, se encuentra en las primeras páginas del Génesis y hace referencia a la creación de Adán. La Escritura insiste en que la creación del Hombre tiene una dimensión bisexual. Así leemos en Génesis 5: “Este es el libro de las generaciones de Adán. El dia que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados”. Esta es una interpretación legítima que la Escritura hace de si misma, al revelarnos el sentido de las afirmaciones primarias sobre la creación de la Humanidad, que tenemos narradas en Gen 1: 26-27. La creación del Hombre como un ser bisexual (heb- Adán; gr- Antropos), está claramente plasmada en los textos aducidos. Para tener una mejor comprensión de lo que aquí decimos es nesario tener en consideración lo que la Biblia enseña acerca del concepto y del sentido de Persona colectiva. Se ha especulado mucho, desde la época de los Padres de la Iglesia, sobre la interpretación que deba darse a la aseveración bíblica de que el Hombre fue hecho a Imagen y semejanza de Dios. La primera revelación (ontogenésis) que tenemos de Dios es su propio nombre. El término Dios, corresponde a un sustantivo plural que significa: Uno en el que hay Varios. Algunos teólogos católicos, de prestigio, denominan a Dios como una Persona Corporativa, yo prefiero inclinarme por el de Persona Colectiva, que también definió el gran teólogo alemán Dietrich Bonoeffer. Luego si el Hombre fue hecho a Imagen de Dios (Imago Dei), deberíamos aceptar que fue hecho a Imagen y semejanza de una Persona colectiva. Llevando estos conceptos al campo antropológico y conyugal deberíamos entender que cuando Dios crea la Humanidad, la crea como una Persona colectiva, formada por un varón y una varona, con un solo nombre: Adán. A los dos miembros de esta pareja los crea como iguales y con los mismos derechos y deberes. Por la desestructuración amártica (la entrada del pecado), la comunión íntima en los que fueron creados se escindió y el varón monopolizó el nombre de Adán y tuvo la osadía cambiarle el nombre a su mujer y llamarla Eva. La desestructuración de la primera pareja se restablece en Cristo en el que vuelven a ser UNO.

En los temas que desarrollamos en estos estudios hacemos un exégesis y una hermenéutica que intenta desmitificar tantos errores, que han sido defendidos como verdades a lo largo de dos mil años de historia de la Iglesia. Es el caso, de cómo las tradiciones humanas han contaminado la exégesis y la hermenéutica de Gen 2: 18 -24. Yo me atrevería a apuntar que en los tres primeros capítulos de Génesis se concentra casi toda la Revelación de Dios, que luego se va a ir desarrollando, en el devenir histórico,en los restantes los libros de la Biblia. El Señor Jesucristo ratificó, lo afirmo con humildad, todo lo que encontramos en cuanto a la familia, el matrimonio y la rebelión contra el padre en los primeros capítulos de la Escritura. En estos estudios y conferencias, se abordan los temas apuntados desde una perspectiva social, psicológica y sobre todo teológica. No me mueve otra ambición que aportar una pequeña lucecita, donde ha reinado tanta obscuridad.