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Ancianos y diáconos
Estos estudios fueron impartidos, de manera sistemática, por primera vez en el año 2000 en la Comunidad Cristiana de Estudios Bíblicos de Oviedo, y posteriormente para hermanos/as de varias Iglesias en la Isla de Gran Canaria. La finalidad de los mismos era clarificar lo que la Palabra de Dios nos enseña al respecto. Considero que estos temas han sido explicitados a las iglesias de manera inadecuada, y sin tener en cuenta la Revelación Bíblica como referente fundamental. El análisis exegético de los textos que tratan de tales DONES en la Iglesia, y su posterior interpretación hermenéutica, se apoyaba(y se sigue apoyando en tantos lugares) en LA TRADICIÓN DE LOS ANCIANOS, más que en el análisis honesto de la Palabra de Dios. Como, en su día, dijo el Señor Jesucristo: “con vuestras (nuestras) tradiciones habéis invalidado LA PALABRA DE DIOS”.
El tema de los Ancianos se empieza tratando en el Antiguo Testamento de manera seria y pormenorizada. Entre otros aspectos en la llamada Biblia Judía, a lo largo de los 39 libros que la componen, se va dando el perfil, las características y las cualidades (dones) que deben darse en un miembro del Pueblo de Dios para que sea puesto/a en eminencia como presidente y dirigente, al Servicio del Señor, de sus hermanos/as en la fe.
Un aspecto muy importante, para el buen funcionamiento material, moral y espiritual de la IGLESIA, es la descentralización del PODER en el seno de la que es, nada menos, que La Casa del Dios Viviente, columna y baluarte de la Verdad. El sistema pirimidalístico no es bíblico. Todo el Pueblo de Dios (en el Antiguo Testamento Israel y en el Nuevo Testamento la Iglesia) debe de participar en la elección de aquellos varones o mujeres que vayan a ocupar servicios y responsabilidades en el seno de dicho Pueblo. La Iglesia no es UNA DEMOCRACIA, pero tampoco UNA AUTOCRACIA, donde uno o varios depredadores del Poder intenten desplazar al Gran Pastor de las ovejas, y enseñorearse de la grey. La Iglesia debe de participar, de manera activa y directa, en la Elección de Ancianos/as y Diáconos/diaconisas, según la apreciación de los DONES que Dios reparte a cada uno y el ejercicio de los mismos en el ámbito del Cuerpo de Cristo.
En estos estudios de eclesiología bíblica está perfectamente detallado todo aquello que debemos conocer y respetar para que nuestras Iglesias, locales, funcionen de manera armónica y novotestamentaria en cuanto al desarrollo y ejercicio de los diferentes DONES en el Servicio doméstico y en la proclamación del Evangelio del Reino de Dios al mundo. Nuestro referente, como Siervo de Dios: Jesucristo “que vino para SERVIR y no para SER SERVIDO”.